Que en Santullán pretendan cobrar, a partir de ahora, el agua a los vecinos parece de pura lógica. Lo extraño es que no lo hubieran hecho antes, obligados por ley como están.
Lo que parece una barbaridad, y lo es, es que hagan tantos cambalaches para poder cobrar ese servicio. De idiotas, políticamente hablando y personalmente diciendo.
La noticia apareció anteayer en el Diario Montañés. El cambalache consiste en que el Ayuntamiento de Castro se hace cargo del servicio de aguas a cambio de pasta y la casa del cura.
La cosa, dar el servicio de aguas a los vecinos ya era obligatoria, por ley, para el consistorio castreño. Pues no es un servicio que deban nutrir a sus vecinos las entidades locales menores. Y así lo reconoció el TSJC, a través de la Sala de lo Contenciosos Administrativo. Luego el quítame o dame y todo su cambalache no tiene razón de ser.
Llegar a un acuerdo sobre el valor de las infraestructuras es cuestión de peritarlo, más que de la voluntad política.
Los 392.000 euros los gastarán en la reforma de la casa del cura y si no al tiempo, con lo que la pedanía no ha ganado nada, todo lo contrario. Los vecinos de Santullán han ganado todavía menos, o si lo prefieren, han perdido todavía más.
El Ayuntamiento de Castro da el servicio de aguas a través de ASCAN. Por lo pronto, en vez de pagar el agua que consumirán, pagarán 30 metros cúbicos al trimestre lo consuman o no. Eso es un robo. Y lo mejor será que el pedáneo se lo explique con claridad a sus vecinos lo que supone el cambalache y no les venda la moto que tener un edificio más, para sede de la pedanía, les vaya a revertir beneficio alguno. Todo lo contrario, más gastos de mantenimiento y el ordinario gasto que supone el uso del edificio.
Sería interesante que los vecinos se concienciaran y exigieran que se les informe claramente de la gestión económica de la pedanía. Pero no con sus palabritas, ¿quien las entiende? Sino con los documentos oficiales en la mano.
Cambiar los ojos por el rabo le sirvió al topo para subsistir. Para los hombre y mujeres de Santullán ese cambio es nefasto.
Un saludo y corred la voz.
Lo que parece una barbaridad, y lo es, es que hagan tantos cambalaches para poder cobrar ese servicio. De idiotas, políticamente hablando y personalmente diciendo.
La noticia apareció anteayer en el Diario Montañés. El cambalache consiste en que el Ayuntamiento de Castro se hace cargo del servicio de aguas a cambio de pasta y la casa del cura.
La cosa, dar el servicio de aguas a los vecinos ya era obligatoria, por ley, para el consistorio castreño. Pues no es un servicio que deban nutrir a sus vecinos las entidades locales menores. Y así lo reconoció el TSJC, a través de la Sala de lo Contenciosos Administrativo. Luego el quítame o dame y todo su cambalache no tiene razón de ser.
Llegar a un acuerdo sobre el valor de las infraestructuras es cuestión de peritarlo, más que de la voluntad política.
Los 392.000 euros los gastarán en la reforma de la casa del cura y si no al tiempo, con lo que la pedanía no ha ganado nada, todo lo contrario. Los vecinos de Santullán han ganado todavía menos, o si lo prefieren, han perdido todavía más.
El Ayuntamiento de Castro da el servicio de aguas a través de ASCAN. Por lo pronto, en vez de pagar el agua que consumirán, pagarán 30 metros cúbicos al trimestre lo consuman o no. Eso es un robo. Y lo mejor será que el pedáneo se lo explique con claridad a sus vecinos lo que supone el cambalache y no les venda la moto que tener un edificio más, para sede de la pedanía, les vaya a revertir beneficio alguno. Todo lo contrario, más gastos de mantenimiento y el ordinario gasto que supone el uso del edificio.
Sería interesante que los vecinos se concienciaran y exigieran que se les informe claramente de la gestión económica de la pedanía. Pero no con sus palabritas, ¿quien las entiende? Sino con los documentos oficiales en la mano.
Cambiar los ojos por el rabo le sirvió al topo para subsistir. Para los hombre y mujeres de Santullán ese cambio es nefasto.
Un saludo y corred la voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario