Por fin hacen algo. Gracias al cielo, nunca mejor dicho. Se han puesto a reparar la pesada tubería que lleva estropeada, en Nocina, más de siete años. Pero hay que reconocerlo. Se han puesto manos a la obra. Y nos lo cuentan, en su página Web, como lo cuentan todo.
Con una puerilidad que nos pone de los nervios y contando solo la mitad. Me explico.
Si cuando se estropeó la coño tubería, hace ya varios años, hubieran hecho caso de las protestas de los vecinos, estaría reparada a un precio mucho menor. No nos dicen cuánto va a costarnos la broma. Por lo pronto vayan pensando en las subidas del IPC de los últimos años que ahora habrá que pagar.
Se tiran el farol de que “han estado presentes varios concejales del equipo de gobierno en la zona comprobando y supervisando esta actuación”. Y nos preguntamos qué necesidad tenían de comprobar qué, supervisando el qué… Si nos hubieran dicho que el Técnico de urbanismo (¿Saben ustedes quién es?) estuvo en la zona comprobando y supervisando y que el Concejal de Urbanismo, Obras y servicios y/o el Alcalde, recibieron de aquel información de cómo y el porqué se hacían esos trabajos, lo podemos entender. Pero nos entra la duda de si esos “varios concejales” no vendrán ahora a cobrar las dietas por “gestiones” de mirar no más las obras, como jubilado sin cobijo. Sería la ostia en bici.
¿Cuántos eran esos “varios concejales”? Dos, tres, cuatro, cinco o los seis. Porque piensen ustedes en esas dietas de 40 euros/ día, por dos (80), por tres (120), por cuatro (160), por cinco (200), por seis (240) ¿Cuántos días han estado? Porque eso también cuenta.
En fin. Se ve que se han acostumbrado al despacho calentito y sin goteras, salen comprueban y supervisan con pena y estupor que unos obreros trabajan al frío, al agua, a las inclemencias del tiempo. Coño, ese es el pan nuestro de cada día en la construcción e instalación de infraestructuras. Ese tipo de trabajos suele llevar un plus o complemento de penosidad. A todos nos jode ver bajo la lluvia, entre el frío, a gente que todos los días tiene que trabajar. Por eso se llama trabajo a la intemperie. Qué puerilidad, venirnos con esa cantinela poeticobucólicocampestre. Claro que para esos trabajos hace falta maquinaria pesada y costosa; para eso existen las tecnologías, para fabricar esas maquinotas. Solo faltaría que hubiera que hacerlo a pico y pala, con un punto de apoyo palanquero para mover los tubos. Nos ha jodido mayo con las flores.
A lo dicho. Felicidades por haber reparado, que ya era hora, la tubería. Si se hubiera reparado hace varios veranos, tras las primeras quejas de los vecinos estaríamos todos mejor. Los vecinos más contentos, los obreros menos jodidos y las arcas públicas mejor dotadas.
Los pesebrerospeseteros no cejarán (pero ¿les conviene?), yo tampoco.
Un saludo y corred la voz.
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