En la obra menor de teatro intitulada “El Juicio de la Paca”, se juzga a una mujer acusada de abandonar a sus hijos, para hacer una vida más o menos licenciosa. El juicio es una risión acompañada de música, no es un musical, pero casi. Al final, viendo la precariedad de vida que llevaba la Paca, opta en justicia Su Señoría que la Paca ha de elegir marido entre los presentes en la sala.
En el juicio por incumplimiento
del contrato de los laborales, el ayuntamiento nuestro, hacía un poco el papel
de la Paca. Yo quiero aplicarlo, lloriqueaba la administración municipal. Pero
es que no me dejan la Secretaría Intervención y la Tesorería, que no me firman
las nóminas.
El juez se percata que el
problema no es laboral o de interpretaciones diversas del convenio firmado. No.
Se da cuenta que es un problema de voluntad política, Ángel Llano no quería
aplicar el convenio sobre los informes, informes, de la Secretaría Intervención.
Nada más y nada menos, que diría Cervantes. En contra de los pactos que hacen
ley. En contra de la Ley.
La fiscalía acusa diciendo: Por
todo Andalucía y Ciudad Real, se divirtió la Paca como un orangután. Dejó a sus
hijos solos sin un pedazo de pan, gritando a todas horas… ¿Dónde estará mi
mamá!
Los testigos aseguran que: La
paca es buena, muy buena. Sus hijos malos, muy malos.
Y la interfecta añade: Cuando yo
colgaba ropa ellos siempre me pegaban. ¡Ay, chibiri, chibiri, chibiri, ay,
chibiri chibiriton! Si les daba dos melones me rompían los riñones ¡Ay, chibiri….!,
etc.
Pues bien, La sentencia la
veremos en los próximos días. Vaticino que Su Señoría dirá, sin grandes
aspavientos ni perjuicio para las partes, que se aplique y punto.
Ahora bien, la reclamación de los
trabajadores sobre las retribuciones dejadas de percibir durante todo este
tiempo, generan intereses legales del 10%, desde el primero de enero de 2019 hasta la
fecha de aplicarse realmente. Y eso es un perjuicio a las arcas municipales,
que pagaremos entre todos.
Si el equipo de gobierno tuviera
lo que tiene que tener, exigiría que ese perjuicio causado a la administración,
por personas muy concretas, lo pagaran ellos y no todos los ciudadanos a escote.
Para ello existe la reclamación por los daños patrimoniales causados en el
ejercicio de sus cargos.
Una cosa es que hagamos un juicio farsa para divertirnos, pero que malgastemos recursos públicos para hacer una comicada de juicio, maldita la gracia que hace.
Y ahora veremos a quien le echa la culpa Ángel Llano.
Ps.: No hace falta que me lo agradezcan, pero no está de más recordar que si no redacto yo, una buena parte de las condiciones de ese convenio y confecciono las tablas salariales, esos trabajadores se hubieran quedado con el mismo sueldo de miseria que venían ganando. Ahí lo dejo.
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