Querido lector anónimo:
Se queja usted de que le resulta cansino “el diálogo de sordos” que se mantiene entre mi persona y, los escondidizos de Guriezo al Día. La solución, la tiene bien fácil. No le doy mayor argumento, no tendría sentido que discutamos sobre sentimientos suyos de las lecturas de los blogs. Y además, pudiera resultar demasiado soberbio por mi parte.
Como usted bien sabe soy contrario al anonimato dicho así, como “anónimo”. Si usted quiere participar en el blog, no tiene mayor problema. Puede hacerlo anónimamente, pero llamándose “Lucrecio”, “Ronaldinho”, “La Hoja Roja”, todo depende de la imaginación que usted le eche, para denominarse desde un anonimato más simpático y que sí facilita el diálogo. Si además, cuando uno se da un nombre, alias o avatar, y lo mantiene, quien quiere sostener un diálogo y desarrollarlo sabe, en todo momento, con quién (ficticio que sea el quien) habla. Por eso se ha suprimido el anónimo “anónimo”, no por privarle de participar. El sistema no me permite, en ningún caso, identificar al mitente; ni falta que hace.
El tipo de periodismo al que usted alude, es un periodismo de tipo profesional. Nada que ver con lo que se viene denominando “periodismo ciudadano”, que sería el que se trata de desarrollar, otra cosa es conseguirlo, en este blog. Por eso le pediría encarecidamente que no me compare con el “amarillismo” anónimo que se hace en Guriezo al Día. Desde el amarillismo y la apología, en Guriezo al día tratan de vender una imagen benéfico-benefactora de un régimen, sin ningún argumento ni dato objetivo o subjetivo que ese sea. Cuando no lo consiguen, demasiado a menudo, van de “pittima”¹ y víctimas. Como puede observar, a poco que se fije, mis argumentos se basan en datos que le facilito para que pueda o no refutarlos y mi retórica puede que no sea de las más brillantes, aunque un poco retorcida, he de reconocerlo, espero que le sirva para hacerse una idea (palabra que tanto miedo tienen en Guriezo al Día) de cierta realidad que le circunda y acomete.
¹ Pittima, es en el dialecto florentino aquella persona insistente, descarada e impertinente que en román paladino llamaríamos tocapelotas. También se dice de un pajarillo, cuyo piar es un insistente Pit, Pit, Pit, muy agudo, más molesto incluso que el zumbar de ciertos mosquitos nocturnos en noche veraniega.
Un saludo cordial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario