Carta abierta a un anónimo comentarista en Guriezo al Día

«Lo primero que hay que aclarar para los torpes que no piensan es que si la gente que aparece sentada es mayor es gracias a la educacion que tenemos cediendo los asientos.LOS JOVENES PIENSAN QUE LOS VIEJOS SON TONTOS,LOS VIEJOS SABEN QUE LOS JOVENES LO SON.Dedico esta frase a el "joven de Carmelo"» (anónimo dixit, en Guriezo al Día)

Querido anónimo guriezano, tal vez, que en Guriezo al Día me espeta porque puede, pues sabe a quien espetar, dado mi no anonimato, me dirijo a usted para informarle que me acaba de pillar usted, anónimo, en un error. Este es el de haber pensado que anónimos como usted fueran, cuando menos, intelectualmente decentes.

Desconozco si usted conoce el volumen y/o metros cúbicos que el local inaugurado ayer, anteayer ya, por el PRC, tiene. Desconozco si usted conoce el objetivo y cámara utilizado por el periodista gráfico que publica la foto en el DM de ayer. Desconozco si usted, querido anónimo, estaba presente tanto dentro como fuera del local en el momento feliz para el PRC, a modo humano o a modo del Bosco. Quien para su información tenía el don de la ubicuidad. Desconozco, en suma, de usted todo lo que haya de conocible. Pero por lo que me espeta, reconozco, conozco dos veces, su solemne chorrada o si lo prefiere, emérita chorrada, de venir a recordarme conductas de urbanidad que, seguro, usted no ha practicado jamás. Conductas urbanas que yo, rondando la vejez y resistiéndome a ella con uñas y dientes, no solo practico habitualmente; sino que son la base fundamental de la única cosa, buena educación, que recibí del fascismo hispano y que transciende a éste y a los liberalismos, buenistas del diecinueve, llevo en el ADN y en el ABC de mi conducta.

Querido anónimo, ¡váyase a cagar! En ningún caso he citado si la gente estaba sentada o alzada, en pie o en armas. La foto cubre perfectamente la casi totalidad del local desde el ángulo del fondo (lugar de de fuga de la proyección) a la entrada del local. No da más de sí. Lo que hay es lo que abunda. No me expandiré para explicarle lo que es el punto de fuga en una proyección cónica, como suelen ser las proyecciones fotográficas. ¡Qué sentido tendría explicar nada, ni lo más básico, a quien pretende resumir su escueta sesera practicando escalada en el espejo del baño, tratando de explicar lo inexplicable.

No soy lo suficientemente joven para pensar que los viejos sean tontos, ni lo suficientemente viejo para saber que los jóvenes lo sean. Ni lo uno ni lo otro como para gritarlo a los cuatro vientos, tal cual hace usted mi sesudo anónimo.

Si me quiere citar, querido anónimo, ahórrelo, no tiene mucho sentido tal espreco, tamaño gasto de su parte. Y si ha de hacerlo, cuando menos tenga la delicadeza de hacerlo allá donde sonó la campana, no en el nido de otro ave. Si me quiere citar ya sea joven o viejo, cual Plinio de gran honor; de grande o de menor porte, cual Alenjandro, hágalo si es su deseo pero cite, si no es feo, la referencia ¡Redios!

Con cincuenta y seis palabras pretende usted desdecir una imagen, que vale más de mil… ¡váyase a cagar! Y a dormir que es tarde y todavía tiene que mearse muy mucho la cama.

Un saludo y no corran la voz, por caridad cristiana.