Perdónenme la idiotez y la grosería.
El Producto Interior Bruto es la medida macroeconómica, ficticia, sobre la que medimos el estado de bienestar de un país. Sobre esa base, invención de un tal Simon Kuznets (1901-1985), hubo alguien que para dorar y adorar a sus jefes políticos se inventó una mamarrachada llamada 3% del PIB, como límite de la deuda posible. Cosas de la vida, de la economía tramposa y de la política miserable y demagógica.
El tal Simón, ya avisó de que medir el bienestar de un país sobre la única base de su invención, el PIB, era, cuando menos, una ceguera; pues no es lo mismo cantidad que calidad. Conceptos que nos explicaron el primer día de escuela en nuestra más tierna infancia a todo quisque. Por lo visto, nuestros mandakaris faltaron aquel primer día, sea por una amigdalitis, sea por las paperas, o sea porque se encontraban en la luna de Valencia calentando el banco.
Les pondré un ejemplo burdo de lo que pasa con el PIB, cada vez que ustedes adquieren bienes de consumo. Compran unos zapatos nuevos, porque los que tienen están rotos. Sube el PIB. Ustedes se encuentran mejor, viven mejor. Alguno gana dinero con la venta de los zapatos que usted ha comprado. A la vez, usted tira los zapatos viejos, pero para eso tan sencillo de tirarlos, usted paga la factura de la basura: sube el PIB, pues alguien gana dinero con la retirada de las basuras. Usted vive mejor, ya que la basura no le come espacio en casa, ni le huele mal, ni le provoca enfermedades.
Habíamos dicho que los zapatos eran nuevos, recién comprados. Usted va a la calle como niño con zapato nuevo, nunca mejor dicho niño. Tras los primeros doscientos pasos, le roza el zapato dónde algún día le saldrá un juanete. La rozadura le obliga a pararse en la primera farmacia. Compra usted la tirita que necesitará para que el zapato no le roce. Usted quiere una tirita normal. Sube el PIB, porque alguien ganará dinero con la producción y venta de las tiritas. Pero el farmacéutico le dice que han salido al mercado unas tiritas nuevas, más caras eso sí, pero que le quitarán la incomodidad del grosor de la tirita normal y que además tiene un analgésico que le evitará el dolor momentáneo. El PIB sube aún más, porque usted no estaba cómodo con la rozadura del zapato. Ahora usted tendrá mejor y mayor bienestar.
Tan contento y bienestante, está, que decide comprarse unos caramelos para darse el gusto de estar mejor. Sube el PIB, todavía más. En todo este tiempo usted no ha hecho otra cosa que consumir, que gastar su siempre idéntico o menospreciado salario; sea por la rebaja de sueldo sufrida sea por el alza de la inflación. Sin embargo los datos macroeconómicos dicen que usted vive mejor, con mayores ingresos per cápita y que su bienestar ha subido. Y yo le pregunto ¿dónde? A qué carro…
Metamos por caso, un supuesto de mayor calado y gravedad. Usted compra unas ostras. Sube el PIB. Tira las conchas a la basura. Sube el PIB. Las ostras, en mal estado una de ellas, le provoca una gastroenteritis seria. Sube el PIB, antes de ir a la farmacia. Las cagurrinas y vomitonas, le hacen ir seis veces más al baño de lo habitual; usa usted seis veces más agua de lo habitual y paga usted seis veces más en la factura del agua. Sube el PIB. Gasta seis veces más de lo habitual en papel higiénico. Sube el PIB. Lo ve negro, la cagurrina no va a menos, y se va al hospital. Sube el PIB, por el gasto del transporte. Los médicos le hacen las oportunas pruebas y gastan el oportuno material clínico. Sube el PIB. Está siete días de baja y ¿Baja el PIB? No, sube el PIB, por el gasto generado al INSS, al ISM o la Mutua correspondiente; o a todo ellos juntos. El gasto en farmacia durante esos siete días, sube el PIB.
Y yo le pregunto ¿Usted vive mejor? Menores ingresos, mayores gastos, el PIB sigue subiendo y diciendo que usted vive mejor; pero no es verdad. Usted tiene menores ingresos, mayores gastos; se caga patas abajo por la gastroenteritis, por la situación económica, `por la situación política y por la madre que los parió a todos. Y mientras usted siente así, sube el PIB, porque ha encendido la televisión para mortificarse con las noticias a medias, que le dicen que usted vive mejor porque ha subido el PIB.
Mientras sigue subiendo el PIB, estos desalmados que le cuentan de su buenaventura, dicen al mismo tiempo que la cosa está mal. Y que todos tenemos que apretarnos el cinturón. Que le bajarán el sueldo, para hacer frente a la desconfianza de los mercados y especuladores. Y sigue Subiendo el PIB, porque para apretarse el cinturón lo llevará al zapatero que le hará un agujero más en su diezmado cinturón. Le dirán que para afrontar la deuda deben de cambiar la Constitución. Sube el PIB. Se reúnen durante muchas horas esos desgarramantas y comen unos bocadillos y beben, esperemos, agua embotellada (la del grifo de las Cortes es demasiado barata), y sube el puto PIB. Escriben sus acuerdos y propuestas para presentarlo en el Congreso. Sube el PIB, porque usan un ordenador y lo transcriben en papel o en una memoria usb.
Se reunirán en el Congreso y en el Senado, lo pondrán en la Cosntitución reformada. Subirá el PIB y usted estará más jodido que nunca. Con el pie dolorido, por la rozadura del zapato; con la cagurrina a vueltas, menores ingresos y mayores gastos (que esto es la deuda); pero usted vive mejor porque ha subido el PIB.
El conjunto de la deuda pública (gobierno, autonomías y entidades locales) asciende a 701.501 millones. Todos los años el Estado deja de ingresar 75.000 millones a cuenta del fraude fiscal, con su economía sumergida (pero que no se ahoga la muy puta). Lo que además hace subir el PIB.
Se han dotado de un montón de leyes, subiendo el PIB, para controlar el gasto público y no las han cumplido. Por eso mismo nos dicen ahora que metiendo la norma en la Constitución, con tan alto rango normativo todos deberán cumplirla. Una mentira más. Pero lo que no les dirán, porque ustedes no se han molestado en leer la Constitución vigente, ni cuando fueron a votarla los que la votaron, ni ahora que se la quieren birlar de rondón. Y qué dice nuestra rozada y cagada Constitución:
Artículo 81
Las leyes orgánicas
- Son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la Constitución.
Vemos que el techo de gasto no es materia que afecte a los derechos fundamentales y a las libertades públicas. Tampoco es parte de ningún estatuto de autonomía ni afecta al régimen electoral general. Pero sobre todo no afecta a ninguna otra de las previstas en el texto constitucional. Por lo tanto no debiera ser motivo, el techo del gasto, de modificación constitucional. So pena, claro está, de que el deseo del PSOE-PP sea que siga subiendo el PIB, mientras usted sigue jodido y para que siga, jodido, por siempre jamás.
PS.: Si son incapaces de cumplir las leyes ordinarias ¿Cómo les vamos a creer que cumplirán con las de rango superior?
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