lunes, 22 de marzo de 2010

PONGAMOS QUE HABLO DE... MENTIR

Cuando en 2007, tras las elecciones, Ángel Lorenzo Ibarra comenzó a escribir artículos sonre Guriezo y más, se entablaron debates que como siempre, como nos tienen acostumbrados, alguno y/o algunos acólitos del PRC aprovecharon para demonizar todo lo que no fueran ellos. En aquellos debates y ante las acusaciones absurdas sobre lo pactado para el gobierno municipal, hice público el tan cacareado pacto. Con posterioridad y al crear este blog, lo colgué, el pacto. Y se ha hecho así, precisamente, porque nada hay que esconder en dicho pacto. Está claro y transparente. No hay nada de ilegal o falto de ética. A fin de cuentas no es más que un pacto a tres bandas, que como ayer decía recordando al gran poeta Hierro, despues de todo, todo ha sido nada...

Y ha sido nada porque cuatro firmantes de ese documento no han querido llevarlo a cabo. Los primeros y mejores opositores fueron Felipe Garma y Joaquín Odriozola. Por debilidad, por no ser conscientes del papel institucional que los otros dos (Narciso Ibarra y Luciano Gutiérrez) tenían, dejaron hacer a los otros; no instando a que el pacto se cumpliera. La Comisión de control del pacto se reunió una sola vez, en septiembre de 2007, y en ella se plantearon los primeros inconvenientes de los incumplimientos por parte de Felipe Garma. A partir de ahí, ninguno de los concejales, los cuatro citados, que formaban parte de esa comisión quisieron reunirse. Y el pacto ha quedado y quedará sin cumplirse.

En la reunión que tuvimos el 26 de noviembre, el Señor Ángel Llano (Jr.) me espetó el, para entonces ya famoso, pacto incumplido, como saeta al viento del antónimo de Cupido, como gran descubrimiento. Como si ese pacto fuera un delito. De igual forma me lo espetan ahora. Y cualquiera que lo lea puede opinar sobre él como en gana le venga, que para eso es un documento público. Es más, algunos de los firmantes del mismo pacto se me quejan de que lo hiciera público. Ya ven, unos lo quieren esconder y otros lo cesterronean para decir: "¡Mirad, mirad que malvados eran que nos quieren quitar lo que es nuestro!" Evidentemente, los consorcios de montes.

Ese pacto, con pequeñas variaciones es el que se le presentó al PRC. Tan es así, que por un error mío, y tras el imposible acuerdo con el PRC, quedó en el texto del pacto una errata en el artículo 4. Artículo que dice textualmente: "Artículo 4. Información. Transparencia v Consenso
Todas las actuaciones de (ambas) formaciones políticas se basarán, en la información previa, transparencia en la gestión y consenso necesario de los socios de Gobierno." Donde (ambas) solo podían ser dos PRC y PSC-PSOE. Sin embargo, nadie se percató de la errata y así continuó hasta la firma del documento. Mientras lo leía a los otros firmantes, me quedé con la copla. Pero en vista que nadie dijo nada, ahí quedó para la posteridad.

El Artículo 5, proponía la creación de la Junta de Portavoces. Junta que todo Ayuntamiento participativo, moderno, democrático que se precie tiene. En la Junta de Portavoces ha de estar también el portavoz del grupo o grupos de la oposición. y así se dice literalmente: "Se creará una Junta de Portavoces, de la que formen parte un miembro de cada una de las formaciones políticas con representación municipal". Si yo hubiera sido oposición y conociendo, como conocen desde julio de 2007, ese documento... les hubiera bombardeado cada dos meses con una moción para la creación de la Junta de Portavoces y, poder así, participar en la confección de los asuntos del Órden del Día. ¿Lo han hecho, alguna vez? No. Y eso que así se las ponían a Felipe II y a Franco las truchas y salmones en el río Asón.

Ahora, nos vienen con que el Pacto pretendía retirar los consorcios a los consorciantes y que fuera el Ayuntamiento quien lo gestionara. Y lo sustentan en que se habla de realizar un Plan Dasocrático (ordenación de los montes) y un reparto de la riqueza común (Art. 1.2). Lo que no les dice, el aserrinado cerebro, es que dicho reparto en una Administración Pública se hace a través de las cargas económicas con las que sustentamos esa administración y a través de la instauración y mejora de los servicios que a cambio obtenemos. Y porque ese punto de ese artículo inicia con que el objeto de ese pacto es el desarrollo sostenible.

Ya ven ustedes que delito más gordo, querer organizar mejor los montes, retirando eucaliptos de las parcelas que no tienen consorcio e ir repoblando con otras especies de más lento crecimiento que preserven, si es que quedan, buena parte de los acuíferos. Porque no se engañe nadie. No es que el aucalipto sea una especie no autoctona, y que algunos "ecologistas de pro" denominan depredador de acuíferos. No. El motivo es otro. Es la forma en que se dilapidan los recursos hidrícos por la explotación extensiva del arbolado. Esto es, no es que el aucalipto crezca muy rápido, que también, y que para ello necesite gran cantidad de agua, que también; es que se corta cuando el arbol es todavía muy joven, pues ya sirve para varias industrias, tan jovencito él. Poca tarima de eucalipto, procedente de Guriezo, verán ustedes en el mercado. Pasta de papel y de celulosa, verán a raudales.

Les cuenta además que sobre la cuestión de los montes, contra los consorcios, hay cuatro o cinco sentencias. Yo les puedo asegurar que contra los consorcios, o que pongan en peligro los consorcios, no hay ni cuatro ni cinco. Y puesto que lo sabe y tendrá las tantas sentencias, que las presente si hay la testosterona necesaria y los arbolitos transformados en papel oportunamente.

Ahora, que parece que no nos lee el lameculos, se lo cuento en voz bajita... Hay una sentencia. En un Contencioso-administrativo, en la que se pleiteaba la subasta de 2005. El litigio era, porque en esa subasta, como en otras muchas, había algunos difuntos. ¿Por qué había difuntos? porque los listos del barrio, poniendo al familiar muerto como beneficiario, se escaquean de pagar un mísero 2% a la Hacienda Pública. Se cobra a nombre del muerto, hacienda no lo encuentra para cobrarle, mientras se lo disfruta un vivo, muy vivo. El Juez que tocó en el contencioso, no quiso admitir a prueba que todas las personas que figuraban como beneficiarios de esa subasta, se presentaran ante él, Su Señoría, con el consorcio vigente. Y como era la única prueba que podía demostrar que los muertos no se presentarían ante Su Señoría y poder así descubrir a los vivos muy vivos; pues resulta que falló en contra de la demanda. Esperemos que el parlabarato presente esa sentencia para regocijo de todos. Pero lo que no os dice es que ese pleito a mí, me costó 1700 euros de abogado y 352 euros de procurador. Mientras que el abogado que contrató el entonces Alcalde les ha pasado una minuta de más de 60.000 mil euros. Haced como que no habéis oído nada... dejádles que se mueran tontos.

La Casta no cejará (pero ¿les conviene?), yo tampoco.

Un saludo quedo, quedo, y corred la voz.

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