Una democracia que se precie hace
gala de la transparencia. Una Institución democrática como un ayuntamiento,
pone en su página Web, los presupuestos generales de la entidad y el desarrollo
de los mismos, por áreas, etc., de forma que todos sepamos y conozcamos cómo se
las gastan nuestros munícipes. Y sobre todo, ante todo, publican tras su
aprobación la rendición de cuentas.
La rendición de cuentas, todos
los años, las envían al ministerio del ramo; aquel de hacienda somos todos,
aunque no todos “realmente”. Y Hacienda los publica en su portal institucional.
Pero claro, a año vencido como hacía ASCAN con la factura del agua (que ya me
lo han olvidado ustedes). Si bien mantienen esas cuentas rendidas por períodos
de tres años, si ustedes van al portal
de rendición de cuentas, a día de hoy, encontrarán los años 2016, 2017 y
2018. A finales de este año, quitarán 2016 y pondrán 2019.
No recuerdo quien me dijo que,
alguien dijo a su vez, la información es poder. No se lo crean ustedes. Saber
qué hacer con la información es el verdadero poder. Utilizarla en buena sal y
buen agua es poder. Todo lo demás, pídanselo a Master Card.
Nuestro ayuntamiento, en días
pasados, aprobaron las cuentas de 2019 y los presupuestos de 2020. Están ambas
cosas, las dos, por publicarse en el portal de marras y en el BOC
respectivamente. Pero bien podían haberlo publicado ya en el portal de
transparencia que decimos tener en Guriezo, con ordenanza municipal y todo
aprobada a finales del pasado año.
Ordenanza que no se va a cumplir,
al igual que la ordenanza de montes de 2001 que entre olvidos y desganas sigue
sin cumplirse por parte del ayuntamiento, claro está.
Me comprometo a que en el momento
que se publiquen estas cosillas en el BOC, solicitaré copia de esos documentos.
Con la única satisfacción de publicarlo yo, así igual se ahorran la molestia.
Ya les anticipo que, si no ha cambiado nada, me mandarán que pase por el ayto.,
y así, de pie, podré ver los expedientes y tomar notas. Cuando con los medios
que tenemos hoy en día, bien podían enviarlos al correo electrónico. Evitando
la incomodidad de vivir de pie, aunque peor es hacerlo de rodillas.
Desde que vivíamos en los árboles
hemos avanzado mucho. Nos pusimos erectos, para poder ver más allá, cuando desde
los árboles se veía más lejos. El primero que bajó y se puso de pie, nos dijo
aquello de “ya os lo cuento yo, que soy transparente” y regalamos nuestro
comprobar en aras del colectivo, en un buen trabajo de delegación de la
representación. Puestos a representar, evitando la participación, nuestros
representantes siguen representando los personajes de la obrilla teatral “Como La
Vida Misma”. Pero en ese “como” es donde nos vienen sustrayendo “La Vida misma”;
prostituyéndo/nos la representación, falseando/nos la transparencia y hurtando/nos
la comunicación.
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