jueves, 28 de mayo de 2015

Respuesta a un anónimo comentarista en Guriezo News



En Guriezo News, a petición nuestra, publicaron ayer un artículo intitulado: “Llega el momento de hacer política” con una entradilla que algunos lectores, en mi opinión, no entendieron y por error tergiversaron, mezclándola con mis propias palabras. Aprovechando de su error para acusarme de mentir y otras lindezas. Como entre mis muchas virtudes, por desgracia, no cuento con la de mentir y de las demás que me lanzaron como agasajo, respondí como suele ser habitual en mí y por última respuesta les he enviado esta que aquí les dejo.

Tiene usted razón, me pierden las formas. Alguna virtud tenía que tener. Cuando se me ofende respondo con violencia verbal, como es notorio. Y no lo niego porque es verdad.

Pero sí le voy a decir otra verdad. No soporto la mentira, el bulo, las trampas. Veo además que usted continúa en la misma línea, de seguir mintiendo ahora con la edad, para justificar lo injustificable. La artrosis no es su problema me temo, ni los dedos gordos de un trabajador de la tierra, un trabajador manual. Ni es falta de pericia en el uso de las “Tic’s”. Siga usted por esa línea y puede que consiga la alcaldía algún día e incluso mayores cotas de poder. Por fortuna no seré yo quien lo vea, por mi edad y su anonimato. Me lo pone usted muy difícil.

Cuando dice "nuestros votos" o es concejal electo, a la espera de nombramiento el próximo día 13, o vuelve a mentir por plurales; pues tendrá usted un solo voto ya que nadie le ha dado ninguna representación. Representación que no se obtiene desde y en el anonimato. Así que dejémonos de tonterías.

Parto de la idea general de que la Democracia representativa y la participativa son una cuestión de mayorías. Quien con su compromiso social obtiene el mayor número de consensos, alcanza la responsabilidad y el poder necesario para cumplir con aquella. De donde se desprende que la "decisión correcta" nunca lo es "a priori" sino por su resultado. En Filosofía del Derecho, se define como una ética teleológica. Que nadie es conocedor de cuál es la decisión correcta hasta que no se ha tomado y llevado a cabo. Si usted es conocedor "a priori" de cuál es la decisión correcta, tenga a bien comunicarla, para que podamos evitar el error. Pero ojo, si así y todo erráramos al tomar la decisión, porque la suya tampoco resulte ser la correcta tenga a bien decirla a cara descubierta; pues otro de los principios básicos de la democracia representativa y de la participativa también, es "con la cara por delante a riesgo de que nos la rompan". Como hago yo, valga de ejemplo. Y a este principio básico se le denomina Responsabilidad. Democracia y Responsabilidad, así con mayúsculas, son una y la misma cosa; van unidas como el gato a su cola.

Cada vez que alguien toma una decisión, una parte de la población la refrenda y otra se pone en contra. Eso es inevitable. Cada quien tenemos nuestros gustos y nuestras preferencias, pero no seré yo quien le imponga a usted mis gustos y preferencias como lo único bueno y correcto en estas cosas de la política; y mucho menos en las cuestiones personales. Por eso mismo, en aras a la responsabilidad que le citaba antes, cuando mis acciones no gusten y se me critique por cuestiones de gusto poco tendré que decir. A eso mi única respuesta es “de gustibus non est disputandum”.

Si se me quiere criticar por mis actuaciones públicas, por mis errores públicos, pido lo mismo que ofrezco, con los datos y documentos en la mano que justifiquen la crítica y la cara descubierta. No creo que sea tanto pedir. No vaya a ser que alguno me tilde de terrorista y se quede tan ancho en el hedor de su mentira. Y creo que, en mi posición personalísima, he dado respuesta a cierta inquietud suya. Pero le vuelvo a recordar que son una posición y opinión mías y que la Democracia es una opinión y posición de mayorías. Y como no podemos olvidar la cuestión de la Responsabilidad, cuando la ejecutiva socialista guriezana decida incluso en contra de mis opiniones y posiciones políticas, como soy el portavoz tendré que defender esas opiniones y posiciones colectivas.

Me parece bien y le agradezco que disfrute pudiendo discutir de cuestiones políticas conmigo. Pero, visto lo dicho, entenderá fácilmente que para mí no es placer ninguno discutir con alguien que no sé si es una persona o una maquinita de estas. En cualquier caso, aún jugando usted con ventaja, una discusión no la rechazo jamás.

Ya que vamos cogiendo anónima confianza, permítame que además del saludo le dé un abrazo y un beso fraternal. En la esperanza, siempre a su disposición.

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