lunes, 11 de mayo de 2020

EL CHOCOLATE DEL LORO


Ahora que ya se empieza a aclarar el panorama, no está de más ir mirando cuanto nos van a costar las medidas que nos proponía el alcalde. Y empezamos ya, como acabamos en la primera quincena de marzo, AC, antes del coronavirus. Nada.

Y les digo esto, porque la oposición no dice nada, ni nada propone.
Llevamos dos meses enclaustrados en casa y nuestro alcalde nos dice que todo este tiempo han estado trabajando. No lo ponemos en duda. Lo que no nos dicen en qué han venido trabajando. Pero vemos en el portal de transparencia que siguen sin poner nada. Pueden ustedes verlo pinchando en el enlace azulillo.

Todas esas medidas conllevan serios reajustes de los presupuestos municipales que, de momento, están prorrogados; ya que los que presentó el PRC no se han llegado a aprobar. Nos preguntamos qué ha pasado con ellos y cómo se van a reflejar esas medidas en la nueva propuesta o en el reajuste de la prórroga. No nos es dado saber.

Si algo hemos aprendido de esta situación, no nos será difícil entender que el cobro del servicio de recogida de basuras se ha de modificar. Esa modificación necesaria lo era anterior a la pandemia. Me explico.

El servicio de recogida de basuras es deficitario desde siempre. Alcanza el 46,36 % del coste real. Esto es, a modo de ejemplo, si el ayuntamiento paga a MARE 234.628,15 € (2018) y recauda de todos nosotros 108.784,14 € (2018), estamos con una falta de ingresos de más de la mitad. Por la precisión se dejan de recaudar por ese servicio 125.844,01 €, que el ayuntamiento tiene que poner de otros ingresos.

Ya lo habrán olvidado, lo de la ludoteca, que se recaudaban 7.000,00 € de menos, sobre el coste del servicio y pegaron una subida, lo intentaron y les salió mal, descomunal; perdiendo usuarios en octubre de 2019.

Pues bien. Si el ayuntamiento modificara la tasa de basuras, alcanzando a igualar el servicio, tendría esos 125 mil eurakos, para poder gestionar, por ejemplo, con medios propios el polideportivo.

Si además, en un alarde de imaginación, pusieran la tasa de la basura en relación a los consumos de agua, cosa que debiera ser, en vez de un tantum forfait; no tendrían ahora que exonerar del pago del servicio a los locales que han tenido que permanecer cerrados. Puesto que ante la falta de consumos de agua en esos locales, en idéntica proporción, disminuyen los volúmenes de basura.

Pero, claro está, para hacer este tipo de cosas hay que tener consciencia de qué pueblo queremos y aplicar unas políticas determinadas y no las de pásate día que otro vendrá. Hace falta romper con las dinámicas consumistas y los forfait a tanto el kilo. Porque cada vez que nos tiramos un pedo y manchamos las mudas, consumimos agua y soltamos basura. Si continuamos con la facturación sin contar con los consumos reales y la relación directa de consumos de agua con la basura, todos pagamos más, pero recaudamos menos.

Creo que hemos visto en estos desagradables días, que recaudar menos supone recortes mortales en los servicios esenciales. Pero no les han contado la importancia de ciertos servicios esenciales, como el agua y la basura, en esta pandemia. No les han contado como hemos aumentado los consumos de agua, tanto en higiene como en producción de plásticos. Plásticos que ya veremos qué hacemos con ellos, pues muchos no los podremos reciclar.

Ya sé que a muchos de ustedes hablarles de tasas e impuestos les provoca sarpullidos y vahídos varios. Pero olvidan que el problema no son las tasas e impuestos, sino la desigual carga que supone que si usted consume 13 metros cúbicos de agua, pague igual que si consumiera 45 metros cúbicos. Y mientras, paga exactamente lo mismo en basura que el que consume esos 45 metros cúbicos.

Si en nuestro municipio hubiera una política fiscal, que mereciera tal nombre, hoy no estaríamos hablando de que los locales de hostelería, fondas, pensiones, casas rurales necesitan la “ayuda” de no pagar por dos servicios que en realidad no han recibido. Y ningún alcalde les engañaría, con lo bueno que es por la “ayudita” que les brinda ahora. Ayudita que, en realidad, es el chocolate del loro; pero sobre todo es un servicio que no han recibido porque no han podido usarlo.

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