domingo, 6 de septiembre de 2020

LA GESTIÓN DEL POLIDEPORTIVO


Nuestros gestores municipales, esas/os políticas/os que, se empeñan en presentarse a la gestión de lo público y se empecinan en derivar el negocio a los privados; parten de la idea errónea de que lo privado gestiona mejor que lo público y lo hace rentable.

El error viene por partida doble. Por un lado se empeñan en demostrar que lo privado gestiona mejor que lo público, derivando la gestión a lo privado. Evitando así tener que gestionarlo ellos mismos desde lo público. Yo les recomiendo que se presenten a las elecciones de los consejos de administración de empresas privadas. ¡Ah, que no, a eso no votan los empadronados en el municipio donde tienen sus sedes sociales! Me dirán ustedes y es verdad. Sin embargo se presentan a lo público y rehúyen su responsabilidad de gestión pública.

Alegan en su defensa que no es viable, porque son muchos los gastos del personal a contratar. Pero para decir tamaña barbaridad no han hecho el mínimo cálculo aritmético. Algunos incluso les prometieron “la gestión propia”, hablamos solo del polideportivo, conste; pero a la hora de presupuestar redujeron el presupuesto a la mitad (de 100.000,00 € a 50.000,00 €) con el contenido de “contratación para gestión integral del polideportivo”, traicionando su promesa electoral, traicionándoles a todos ustedes.
Sabemos que con esos recursos destinados a la gestión del polideportivo no hay nadie que se lo quiera gestionar. Tanto es así que ni siquiera se atreven a sacar la licitación.

Por otro lado, ellos no lo dicen, pero se lo digo yo, para sacar rendimiento económico al polideportivo o se apuesta por precios inasequibles, asegurando el fracaso, o por sueldos de miseria para los trabajadores y menos trabajadores de los necesarios. Con lo que el servicio será una mierda con usuarios y trabajadores quemados. Esto es lo que nuestros políticos denominan buena gestión y rentabilidad.

No son capaces de entender, encandilados por los cantos de sirena del neoliberalismo, que los gastos de personal no son gastos, sino la única inversión real que hace posible el servicio. Y a las pruebas nos remitimos. Cuando nos confinaron a casi todos los trabajadores en casa, las empresas privadas empezaron a pedir sopitas, pues la producción y los servicios, sin trabajadores, se iban, y se han ido muchos, al garete. Puedes ser el mejor empresario, el mejor preparador físico, pero sin el trabajador y los usuarios, con todo el pastizal económico que quieras, te vas a tomar por el túnel de la mierda.

Otro ejemplo, muy bueno en estos días y ya casi olvidado, con y sin aplausos, fue el tratamiento de la Covid; que ustedes insensatos míos ya han olvidado. Cuantos seguros de salud, hospitales privatizados y mutualidades trataron a los perjudicados… No nos lo han dicho. Pero sí nos dijeron que lo público estaba saturado y se iba al carajo. Los motivos se vieron con la misma claridad que la debacle que se nos venía encima. Los recortes en medios y en personal que se hizo desde lo público para contentar a los hacedores de la crisis de 2008.

Ustedes se preguntarán ¿qué solución le damos al polideportivo? Más si cabe ahora, con los aforos limitados y mirando a Santoña, más que los limitarán. Pues que hagan los números que no quisieron hacer antes de empezar a construir el mamotreto.

Pero como no los quieren hacer, se los vamos a hacer entre ustedes y yo. Pasito a pasito, abriéndoles los ojos, como en la peli aquella, pero sin sexo. No se trata de joder. Que no van a apreciar esta nuestra colaboración, ya lo sabemos. Están tan llenos de si mismos que no les cabe un gramo de empatía que transpirar.

LOS GASTOS DE FUNCIONAMIENTO

Poner en funcionamiento el polideportivo nos puede llevar unos gastos generales u ordinarios: energía, material fungible, mantenimiento, etc. Cercano a los 20.000,00 € anuales. Está un poco inflado paro así va mejor.

EL PERSONAL NECESARIO

Voy a tirar de largo, porque si no el servicio no saldrá deficitario que es lo que pretendemos demostrar y solucionar.












Fíjense que hemos puesto un 35% de costes sociales. Los sueldos los hemos adaptado a las diferentes categorías que existen en el Convenio del Personal Laboral en vigor Ejercicio de 2020.

Los gastos totales del servicio serán de 188.455,40 €

INGRESOS PREVISIBLES

Estos datos que les voy a dar son el ejercicio de un posible plan de negocio de un vecino nuestro. Modificados por mí a la baja, intencionalmente.

Pongamos 100 abonados al GYM, a razón de 30,00€ el abono mensual, nos da unos ingresos anuales de 36 mil euros anuales.

El precio de la hora de pista polideportiva a razón de 20,00 €. Con un uso diario de 1 sola hora, son 30 horas al mes, 460 horas al año; o séase, 7.200, 00 € anuales.

La pista de pádel a razón de 12,00 € la hora, con 5 horas diarias de media; un equivalente a 21.600,00 €.

Los ingresos previsibles serán, por tanto, de:








Haciendo la diferencia en números, nos encontramos que este proyecto parte con un déficit estructural muy alto, de nada menos que 123.655,40 €, algo así como el 65,62%.

Lo que nos piden las normas económicas y legales es que los servicios han de realizarse sin déficit estructural. Esto es, que esos 123 mil largos euros, debieran ser cubiertos por el propio servicio. De estos 123 mil largos euros, ya tenemos cubiertos una buena parte con los 50 mil que tenemos presupuestados para su gestión y los cerca de 10 mil que tenemos para gastos generales. Estamos hablando que, sin funcionar, ya tenemos un déficit estructural de 60 mil euros.

El déficit estructural, funcionando, sería solamente de 63.655,40 €, el 33,78%; que así y todo es alto realmente.

La solución a ese déficit no es otra que la que se viene aplicando a los servicios, también deficitarios, de Aula Matinal, Ludoteca, la basura (en 2018 el gasto fue de 234.628,15 €, mientras los vecinos en realidad pagamos al ayuntamiento a través de Inimawater: 108.784,14 €; el 46,36%) y otros. Esto es, el déficit lo cubre el propio ayuntamiento mediante otros ingresos. Pero para dar esta solución, tiene que haber, y manifestarse, la voluntad política. Voluntad política que, como hemos visto, se queda a mitad de camino:

Nuestro ayuntamiento, por su categoría, no tiene competencias deportivas. Pero asume, para la construcción del polideportivo, dichas competencias en aras de un interés social y preferente. Esta es la mitad primera, donde se han parado.

Ahora falta que se rindan a la evidencia de entender que si quieren un buen servicio de GYM, pádel y deportes de sala varios, al ayuntamiento le puede llegar a costar 188.455,40 €, pagando unos sueldos bastante decentes, aunque poco para mi gusto y cobrando unos precios asequibles al gran público. Con ello tendríamos un servicio decente y honesto, generando empleo de calidad; y tendríamos que disponer de una bolsa de sustituciones, para imprevistos.

La realidad es que cualquier empresa privada que quiera gestionar este nuestro polideportivo, va a precisar, en su interés, más de 210 mil euros; para poder obtener un mínimo beneficio del 10,26 %, además del recorte de personal y sueldos, que aumentarán el beneficio.

Otra cosa que no les dicen nuestros munícipes, y debieran, es que a la hora de hacer los contratos de gestión de servicios, siempre hay una cláusula de protección de los beneficios empresariales. Esto es, si estos datos que yo les doy no se cumplieran y los beneficios cayeran por debajo de ese 10,26% el ayuntamiento respondería hasta cubrir el montante de esos beneficios previstos. O si lo prefieren, si hay beneficios van a parar a manos privadas; si no hay beneficio, entre todos ponemos la pasta para que esos beneficios se los lleven esas manos privadas. Como pueden ver, así, es evidente que gestiona mejor una empresa privada, pues siempre saca beneficio de tres partes: del ayuntamiento que cubre el riesgo empresarial; del ciudadano usuario que paga religiosamente y del trabajador, del que se lleva un buen porcentaje de su sueldo además de la plusvalía de la mano de obra (aunque suene muy marxista esto de la plusvalía).

La voluntad política que les falta, esa mitad, de sentir como propio el interés general, velar por ello y ponerse a gestionar de verdad lo que nos prometían electoralmente hablando, se manifiesta como el movimiento: Andando.

En ese caminar por lo público, se darán cuenta que el problema no es el gasto, sino el nivel de ingresos. Tener una verdadera política fiscal. Esos 63 mil largos euros de déficit estructural se solucionan aumentando los ingresos de los recursos patrimoniales. Revisando, que llevan 19 años sin hacerlo, el canon de los montes. Que como les decía días atrás (ver aquí) ya va siendo hora, pues los votos se van a repartir como siempre, voto arriba voto abajo.

CONCLUSIÓNES

La gestión privada le va a costar al contribuyente más que la gestión pública, pues siempre hay que cubrir el beneficio empresarial. Beneficio empresarial que no existe, en ningún caso, en la gestión pública.

En caso de déficit empresarial el ayuntamiento, todos nosotros, tendríamos que cubrir ese déficit y el legítimo beneficio de la empresa gestora.

En caso de déficit en la gestión pública, se cubre el déficit, ahorrándonos el beneficio empresarial.

Elegir el modelo de gestión privada o de gestión pública es una cuestión de voluntad política, de las políticas públicas sobre economía y fiscalidad (de corte neoliberal o de corte social). Afecta a las políticas deportivas, sociales y de entretenimiento de la población. Por lo tanto, en ocasiones venideras, cuando vayan a votar, fíjense en qué políticas les venden y no en si les venden un polideportivo sin actividades o con políticas regresivas y de recortes del gasto. Esas políticas que potencian que alguien gane dinero a costa de su trabajo y de su sueldo. Afecta también a las políticas del personal empleado público, a sus condiciones de trabajo y sus sueldos; pero también afecta al empleo privado de precariedad y bajas retribuciones. Y sobre todo, afecta a aquellas políticas de favorecer a los que menos tienen, con precios reducidos o gratuitos o, por el contrario, de favorecer a los que más tienen y explotar a los que necesitan trabajar en lo que sea; en un intento vintage de crear los modernos esclavos, que no dejan de ser pobres, aunque trabajen.

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