lunes, 27 de enero de 2014

LAS ENSEÑANZAS QUE PODEMOS SACAR DE UN CALENDARIO



Algunas personas creen o piensan o les incitan a pensar que cuando se realiza una crítica, se desencadena una guerra. Acto seguido piden paz, la paz de los cementerios.

Si el calendario editado por nuestro Ayuntamiento no llega ni a la mitad de la población, es criticable. Sobre todo porque no somos tantos y como el coste de dicho calendario no puede ser gran cosa; pues eso, bien podía llegar a todos o a una gran mayoría como ocurría antes, con la alcaldía pepera y antes aún con la alcaldía perrecista.

Ahora bien, el coste nos es desconocido y nos es desconocido el número total de calendarios editados. Me inclino por pensar que al “estar la situación tan poco halagüeña” en este apartado calendarístico también habrá habido recortes. Y tal vez, solo tal vez, por esto yo no tenga un ejemplar como he tenido todos estos años atrás. Así que me siento viudo de calendario, la mesa de mi escritorio, desde donde yo les flagelo aunque ustedes no lo necesitan, también se siente viuda de calendario 2014.

Miren ustedes ni soy el primero ni el principal aval de que lo importante no es el hecho de editar el calendario, ni el de no repartirlo suficientemente, ni siquiera que desconozcamos el coste del hecho inicial. Es el gesto, los gestos.

Son los detalles frente al grueso de los problemas. Por supuesto que el ahorro de la edición de los calendarios no subsana los grandes problemas económicos que padecen algunos guriezanos. No. Pero miren ustedes, no puede ser que se suspenda Sine Die el pago de las ayudas a la compra de libros de texto de sus hijos. Dicha ayuda se encontraba presupuestada y programada en las Bases de Ejecución de los Presupuestos Generales del Ayuntamiento de Guriezo de 2013. El ejercicio económico está ya acabado, a punto de cerrarse para dar cuentas a Hacienda y al Tribunal de Cuentas.

Vemos con estupor que por lo pronto, no han cumplido con los Presupuestos Generales de 2013, al no haber realizado el gasto previsto en ayudas a la compra de los libros de texto de sus hijos de ustedes. No sé si consigo explicarles cual es el problema.

Todavía no conocemos el cierre del ejercicio 2013, no se ha producido aún. Pero el cálculo aproximado de esas ayudas nos dice que son unos 8.000 € ¿En qué los han gastado para posponer Sine Die, insisto, el pago de esas ayudas míseras? Esa es la pregunta que algunos padres han presentado verbalmente en el ayuntamiento y que éste no ha respondido. El problema es este y no otro. Cuyo resultado final es que no nos importa que se gasten dineros desconocidos en gastos suntuarios, mientras no nos molestamos en gastar ni un solo Euro en la educación de nuestros hijos.

Hace ya muchos años les dije a los trabajadores del Ayuntamiento de Santurtzi en una asamblea que, cogidos uno a uno, a todos y cada uno les encontraba algo de amable; pero que cogidos en conjunto, como colectivo humano, estaban condenados y no tenían un resquicio para la salvación.

Espero, por el bien de sus hijos y por su propia tranquilidad que nadie les tenga que decir lo mismo. La gratuidad de la enseñanza obligatoria es un derecho fundamental, y así viene protegido por mandato constitucional (Art. 27.4 “La enseñanza básica es obligatoria y gratuita”). No es que lo diga yo, no. Lo dice la Constitución de 1978, en su Título I, De los derechos y deberes fundamentales, Capítulo II, De los derechos y libertades, Sección 1ª, De los derechos fundamentales y libertades públicas.

En su preámbulo, que es más importante incluso que los artículos, la Constitución dice que:

La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
En consecuencia, las Cortes aprueban y el pueblo español ratifica la siguiente CONSTITUCIÓN.
A partir de ahí, quédense con lo subrayado sin olvidar lo que no lo está, podemos entender que ustedes son la nación española, que son ustedes; en uso de su soberanía, que son ustedes los soberanos y no Juan Carlos I; han decidido que quieren garantizar una convivencia democrática conforme a un orden económico y social justo; promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
De eso estamos hablando señores míos, que para que sus hijos se culturicen y puedan seguir promoviendo el progreso y un orden económico y social justo que garantice una convivencia democrática, es por lo que entendemos todos los españoles que debemos de dar obligatoriamente la gratuidad de la enseñanza obligatoria. Y quien no lo quiere hacer y no lo hace, mientras edita calendarios, es quien atenta contra todos esos principios. Esos son los que atentan contra la convivencia democrática y contra la paz social. Y los que hacemos estas críticas no somos los que atentamos contra la paz como dicen algunos comentaristas. No. Somos los defensores de la convivencia democrática, en un orden económico y social justo, promoviendo la culturización de sus hijos, de nuestros hijos.
No lo olviden, sus hijos a mí me cuestan caros, y lo pago muy a gusto siempre y cuando quien lo recauda después se lo gaste en la gratuidad (que no es gratis pues la pagamos entre todos) de la enseñanza de sus hijos. Y si le sobra, después de ese gasto, que no es gasto sino inversión de futuro, me autoregalo calendarios que ni siquiera me llegan.
Estas son las enseñanzas que podemos sacar de un calendario.
Un saludo.

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