miércoles, 16 de noviembre de 2011

SINVERGÜENZAS O DESVERGONZADOS


Llamamos sinvergüenza o desvergonzado a quien hace ostentación de vicios o a quien engaña y/o comete actos reprobables en provecho propio. En suma, a nuestros babyfuck guriezanos y perrecistas.

Se acuerdan ustedes como vienen alardeando de lo que resulta no ser cierto. Y como la zorra, pierde antes la cola que las costumbres, continúan contumaces.

Hoy, en su página Web, nos indican que: “La sorpresa para muchos ayer lunes fue que en el acto de campaña celebrado en los bajos del antiguo Ayuntamiento, el pueblo de Guriezo acudiera a escuchar a Miguel Angel Revilla en su discurso como lo hace siempre” Y eso, en su sentido literal es cierto. Como siempre, fueron unas setenta personas. Pero ellos nos quieren decir que fue “La sorpresa para muchos”. Lo que es manifiestamente incierto. Dándo a entender que nos quedamos boquiabiertos al ver tanta gente. Porque la gente, los guriezanos en masa acudieron al acto. Sinceramente, menos gente que en los mítines en los que no se acerca Revilla.

Si ustedes no se lo creen, piensen que en las fotos que nos muestran del local, los bajos del antiguo ayuntamiento y de nuevo actual ayuntamiento (fuego mediante), pueden ustedes contar unas 40 personas. Ocupando el espacio fotografiado algo más de la mitad del local. Y pudiéndose apreciar varios huecos silleros. Si además contamos que en el fondo del local se encuentran las colchonetas de lo que conforma el tatami deportivofilosóficoorientalista, la cabida del local se ha minorado bastante.

Pero su cara dura y desvergüenza llega a límites de aplicación de la Ley Sinde, dios no lo quiera, cuando ni siquiera tienen la delicadeza de citar el diario digital (Aquí Confidencial) del que hacen un copiaypega descarado. Dando además un enlace que no funciona. Lo dicho, son, no es que hagan como que…

De su colodrillo, lugar donde se supone que tendrán el chirivedro, no sale nada. Son incapaces de narrar lo que en el sitio sucedió o produjeron. Vaya cuadrilla de desgarramantas, oiga.

Los poltroneros no cejarán (pero ¿les conviene?), yo tampoco.

Un saludo y corred la voz. Para que os oigan, oiga.

PS.: Nos preguntamos si nuestro insigne "alcalde dejó latente" con sus fieras palabras montañeras lo que nos supondrá la peperada estatal o, por el contrario, silente cumplió con idéntico cometido.

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