viernes, 11 de diciembre de 2009

TRABAJO, HUMILDAD Y TRANSPARENCIA



Muchos talluditos como yo, recordamos el catecismo en la primaria. Catecismo que desde la sangre de cristo, con sangre entraba. Niño, dígame las tres virtudes teologales. Preguntaba el maestro. Cara de roña el chiquillo, que con él no iba aquel cuento. De palabros ininteligibles. De palabros. La respuesta siempre era la misma: "eh, eh, ..." Una toñeja, pescozón y escapulario, generoso aquel maestro: "recuerda niño, recuerda, Fe, Esperanza y Caridad.


Y es verdad, me lo digo ahora, entonces no entendí nada. Fe, tenía a mansalva, en que no me preguntara aquel día. Esperanza, más aún, en que no me entoñejara por no saber responder. Y cómo no. Era tan caritativo el maestro que regalaba toñejas por doquier, que yo estuviera.


El otro día, y voy al título, el Sr. Alcalde en El Diario Montañés del 8/12/2009  nos delitaba con lenguaje cuartelero cuáles iban a ser sus próximas acciones. Echando mano de la hemeroteca, hace ya dos años y medio, miren ustedes lo que decía en el mismo periódico en compañía de Nacho Diego. Si Nacho Diego llegaba a la Presidencia de la Comunidad Autónoma (Cantabria es otra cosa, evidentemente) se comprometía a solucionar el problema del agua, sin contar el de los montes. Ahora entendemos, carajo, que Felipe Garma no le dé la solución, le falta el Tamden de Nacho Diego. Y por eso Felipe Garma dice, donde dije digo, digo diego. O si ustedes lo prefieren "vaya loli marilío".

Fíjense que el mismo día de las elecciones, aún cuando lo dijera dos días antes, se publicó esa perla que no puedo dejar de citar: "trabajo, humildad y transparencia".

Trabajo es lo que él evita y lleva dos años y medio sin dar un palo al agua. Humildad, subido al carro de la soberbia, no recibe no responde a los requerimientos ciudadanos y se permite el lujo de decir que no tiene nada que hablar con nadie. Transparencia, efectivamente, cumple a la perfección con la transparencia. Se ha hecho transparente durante dos años y medio. Se ha teletransportado a la nada más absoluta, se ha biodeslizado por la calle del Olvido.

Los rumores que bajaron de Torquiendo, con la última riada, fueron que al pobre de Felipe lleno de tribulaciones le ha entrado el síndrome de Penélope, esperando que Tarrell se deje de entretantos y llegue a los finalmente. Síndrome de Penelope que en su caso le fuerza a solucionar todos los problemas, agua incluído, durante el día y por la noche deshace todo lo hecho. Y vuelta el día siguiente a tejer. El otro es que de tanto beber agua del Remendón, se le ha licuado el chirivedro y teoriza con el culo. Pero esto último creo que es producto de las malas lenguas. Lenguaraces, que son todos unos lenguaraces.

Emulando al poeta y al intérprete ciego, recordando viejas glorias de corcheas y de fusas

Están clavadas tres cruces
en el monte del olvido
la una es la del trabajo
que jamás he conocido.
Están calvadas tres cruces
en el monte del olvido
la humildad que ya no tengo
pues se me ha trasparecido....

Por lo visto él no piensa recular (pero ¿le conviene?), yo tampoco.

Un saludo y corred la voz.


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