La cuestión montañera y la
barbaridad sucedida con la subasta de este año, que se corresponde pasado el
tiempo con muchos de los de 2002, nos da la medida del problema.
Vamos a creernos que los cinco
concejales díscolos de PRC no sabían nada, no se enteraron de nada. A pesar de
que cuatro de ellos en 2002 ya eran concejales y que el quinto en discordia, su
padre firmó la finalización de un consorcio.
Como hipótesis de trabajo,
solo, demos por renovados los consorcios a la vista de los datos. Pensemos en
lo que se nos viene encima, y empecemos por los datos.
1.
- El 20 de febrero de 2002, el
Alcalde y la
Secretario-Interventor, junto con 108 consorciantes, firmaron
la finalización de 144 consorcios.
2.
– El 23 de diciembre de 2002 y el 26
de diciembre de 2002, en sendos Plenos se aprobó la renovación de todos los
consorcios.
3.
– En esos Plenos se daba poderes al
Alcalde (Sr. Izaguirre) para que llamara a todos y cada uno de los
consorciantes y firmaran los documentos de renovación de todos los consorcios.
4.
– Desde entonces al día de hoy,
nuestro Ayuntamiento ha venido funcionando como si todos los consorcios
estuvieran renovados. Se han celebrado todos los años menos uno, 2006, las
correspondientes subastas.
En primer lugar, si aquellos
108 consorciantes, firmaron la finalización de los consorcios que tenían es
porque desde la
Administración, desde el Ayuntamiento, se daba por sentado
que estaban caducados. Por lo tanto, siguiendo con esa lógica y esa dinámica,
la caducidad de los consorcios y su finalización, tendrían que haber hecho lo
mismo durante los años venideros 2003, 2004, 2005 ý así hasta el día de hoy;
donde nos encontraríamos con el ciclo completo terminado, la caducidad de los
consoricios y su finalización firmada por todos los consorciantes.
Si así hubiera sido, al día de
hoy no habría ningún problema. Todos los consorciantes hubieran sido tratados de
forma igual, como manda nuestra Constitución. Al día de hoy todos estaríamos
felices y contentos.
En segundo lugar, al llegar
diciembre de 2002, nos encontramos que el año siguiente había elecciones, el 25
de mayo, y nadie quería perder las elecciones si daban por zanjados los
consorcios.
Nuestro Alcalde en vez de
plantear el asunto, como decíamos en primer lugar, creyó perder las elecciones
venideras si no hacía la pamema de renovar los consorcios, aprobándolo en
aquellos dos Plenos. A pesar de la aprobación de renovación de los consorcios,
no hizo nada para renovarlos; esto es, no llamó a ninguno de los consorciantes
para renovar los contratos. Por lo tanto no los renovó.
En tercer lugar, al no haber
renovado ninguno de los consorcios, pues no se firmaron ninguno de los
contratos de renovación, ahora nos encontramos que:
a). – En el Ayuntamiento no
hay constancia documental, no hay ningún contrato de renovación de los
consorcios.
b). – En el Ayuntamiento hay constancia
documental de la finalización de 144 consorcios que afectan a 108
consorciantes. En realidad 143 consorcios y solo 107 consorciantes, pues mi
amigo Dionisio Olarte Barón, murió sin firmar y sin cobrar la finalización de
su consorcio.
Finalmente. Una de dos o se
renovaron todos los consorcios o no se renovaron. Si se renovaron, estos 144
consorcios están renovados también. Si no se renovaron estos 144 no se ha
renovado ninguno; pues no hay constancia documental que se hayan hecho los
nuevos contratos en el caso de los 144 ni en ninguno de todos los demás
consorcios.
En conclusión:
No caben dudas de que los
consorcios no han sido renovados jamás, pues no hay constancia documental de
tales contratos en el Ayuntamiento. Todos los consorciantes saben que no han
firmado ningún contrato de renovación de los consorcios. Algunos consorciantes
(107) saben que firmaron la finalización de 143 consorcios que tenían entre
todos, cada uno sabe íntimamente de los suyos. Luego todos los consorciantes
saben que no tienen consorcios vigentes, que están todos caducados y no han
sido renovados.
Hasta ahora han venido
fingiendo, consorciantes y ayuntamiento, que tenían los consorcios renovados;
pero al encontrarse con los documentos que impiden que 143 consorcios sean
cortados a nombre de los fingidos consorciantes (107), el ayuntamiento dice que
esos no pueden cortar. El problema es que hay otros muchos fingidos
consorciantes que al no haber tenido que firmar, en claro trato
discriminatorio, la finalización de sus consorcios, si pueden cortar; siempre y
cuando se siga con la ficción, claro está.
Estos cinco concejales, ya
hemos dicho que desconocedores del asunto, al enterarse se han quedado de
piedra y manifiestan que lo van a solucionar, que harán todo lo posible para
solucionarlo. Y yo les voy a creer.
Si su intención es buena, y yo
lo creo, solo tienen que hacer una cosa. Tienen que forzar al Alcalde para que
firme los contratos de renovación de los consorcios de esos 107 consorciantes,
tal y como se aprobó en los Plenos de 23 y 26 de diciembre de 2002. Es la única
posibilidad.
Es posible que el Alcalde se
oponga y no quiera hacerlo. No importa. El pasado día 8 de abril, el Sr. Alcalde
hizo el Decreto de Delegación de todas sus funciones, en la Concejal 2º Teniente de
Alcalde (BOC
de 23 de abril de 2014, núm.: 77), que reza literalmente:
“Delego la totalidad de las funciones de la Alcaldía, en los términos
del artículo 23.3 Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladoras de las Bases de
Régimen Local, durante el periodo de mi baja
por enfermedad en la segunda teniente de alcalde, Dª Rosalía García Diéguez.
SEGUNDO.- La delegación comprende las facultades de
dirección y de gestión, así como la de resolver los procedimientos
administrativos oportunos mediante la adopción de actos administrativos que
afecten a terceros”.
Y visto que la
Concejal ha aceptado la delegación, bien puede realizar los
contratos de renovación que aprobaron los citados plenos, de forma que estas
personas y sus consorcios sean renovados.
¿Qué se apuestan que esto es, precisamente, lo que no va a ocurrir?
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