La modificación de diversas Ordenanzas Fiscales en nuestro municipio ha
pasado sin pena ni gloria, más bien inadvertida por el conjunto de la ciudadanía.
Y me pregunto yo ¿cómo ha podido suceder una cosa así?
Como quiera que ustedes ya lo han olvidado, les recuerdo que en septiembre
de 2012 se publicó, por ejemplo, la última ordenanza vigente en materia de
residuos sólidos urbanos (BOC núm. 183 de 20 de septiembre de 2012), llevada a
cabo por el entonces concejal de Hacienda y alcalde en la sombra, actual
portavoz del grupo municipal regionalista, D. Ángel Llano.
La susodicha ordenanza fiscal supuso un gran aumento en las tasas de
basuras. En los domicilios particulares nos supuso un aumento de 5 € que, sobre
una tasa trimestral de 9 €, supuso el 55,55 % de incremento de la tasa. Incremento
que no sirvió para pagar a MARE. Más bien todo lo contrario. Con la excusa de
que la situación económica estaba muy malita, subieron la tasa mientras MARE
bajaba los precios y reducía el servicio de tres a dos días de recogida. No
podemos olvidar que la única bajada de tasas se produjo, precisamente a las
pensiones, posadas, etc., y no por casualidad. Esto es lo que nuestro PRC viene
en llamar buena gestión y que saben gobernar.
Aquella ordenanza de 2012, en basuras, creó gran descontento entre los
comerciantes y la pequeña industria de servicios local. Modificación de las
tasas que se hizo a escondidas de todo el mundo, vecinos, comerciantes, etc. Descontento
general al que el PRC respondió con la callada y pásate día que otro vendrá.
La actual tasa de basuras
He de hacer una crítica inicial y formal a la modificación de la tasa, que
se ha publicado en el BOC núm. 153, de 9 de agosto de 2016. Cuando se modifica
una ordenanza, por una cuestión de lógica legislativa, se publica la nueva
ordenanza entera y no como ha hecho nuestro ayuntamiento, publicando solo los
artículos modificados. Esta forma de hacer, complica bastante la vida de los
ciudadanos, al tener que ir a buscar la norma en dos boletines distintos; por
un lado, en el que se publicó la norma general y, por el otro, en el que se
publicó la modificación de la tasa. Estas formas erróneas, además, pueden
generar otros problemas añadidos de tipo administrativo, como el caos más
absoluto si alguien en la administración mirando la norma general, la
ordenanza, se olvida que hubo la modificación de las tasas. Un buen lío, en
suma. Por eso, me atrevo a sugerir al ayuntamiento que republique la norma
nueva con todo su articulado y las nuevas tasas.
En la modificación de las tasas se han tenido en cuenta la opinión de los
interesados, comerciantes, profesionales y vecinos, a través de una
representación de los mismos. Se han tenido en cuenta, modificando los
criterios anteriores, no ya los metros cuadrados de los locales donde se
desarrolla la actividad, sino las personas que desarrollan las actividades. Se
ha mantenido ese criterio de los metros cuadrados solo para las oficinas y creo
que es un error. De igual forma que creo que es un error mantener un precio único
para las viviendas, independientemente de las personas que las habiten o no.
Si el criterio para talleres e industrias es del número de personas que
trabajan en ellos, criterio que me parece excelente, pues son las personas las
que generan los residuos y no los locales; es y debe ser también válido el
mismo criterio para las oficinas y viviendas.
En el caso de las viviendas, además, se ve mucho más claro. Por ejemplo,
imaginen ustedes dos tipos de vivienda habitada: una con cuatro personas y otra
con una. ¿Generan ambas viviendas la misma basura? Mucho me temo que no. De la
misma forma que una vivienda no habitada, por ser segunda vivienda o no haber
sido ni vendida siquiera generarán poca o ninguna basura, frente a la vivienda
con un solo habitante, por ejemplo.
De cómo se hacen estos cálculos no tendría yo que darles demasiadas explicaciones,
pues ya se las he dado varias veces, en varios artículos. Lo importante, al
igual que con el servicio de aguas municipal (debiera ser), es que cada quien
pague lo que consume o, en estos casos, vierte y desperdicia.
Sigo entendiendo que una forma de hacer las tarifas de la basura ha de ir
sobre la base de lo retirado el año anterior, a su vez dividido por consumos
medios y multiplicado por el número de habitantes de cada casa. Otra forma
pudiera ser la de la ponderación sobre los consumos de agua, estudios al
respecto hay demasiados y muy buenos y válidos. En suma, no hay nada que
inventar. Y por eso, se me ocurre otro artículo más para explicarles estas
tarifas. Pero sobre todo hay que entender que esos servicios que recibimos no
pueden ser deficitarios y por lo tanto las tarifas han de cubrir el coste de
los servicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario